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Violaciones grupales y
el bono descuento

En pleno siglo XXI y aun no hay un recuento oficial de las violaciones grupales que se cometen en nuestro país. Es decir, que aún, que nos violen entre cinco, entre seis o entre doce hombres, es lo menos importante.

Por eso, porque no importa demasiado, es por lo que no se dedican las Altas Instituciones ni tan siquiera a registrar todo ese dolor que nos dedican, toda esa devastación que nos hacen.

Son las asociaciones u ongs quienes, a pulmón y usando los pocos medios que tienen a su alcance, llevan adelante un trabajo que no les toca, pero, que de no hacerlo ellas, no lo haría nadie.

Contar y narrar las violaciones grupales es una manera de poner en evidencia un mal que nos acecha. Es un modo de señalar una forma de terrorismo y de barbarie. Es un intento de mostrar de qué forma la violencia sexual nos atraviesa y nos parte. Esa violencia sexual que es vista por algunas togas como algo jolgorioso y regocijante, cosa que indica, quizás, el tipo de pornografía que algunos consumen, sus marcos de placer o lo que gusta ver a más de uno para estimularse. En los pocos años que se llevan estudiando estos ataques, se han registrado ya más de cien violaciones grupales. Los análisis dicen que se tiende a denunciar solo el quince por ciento de todo lo que nos hacen, por lo que esas cien denuncias representan solo una pequeña parte de todo lo que ocurre en fiestas, en portales, en descampados y en nuestras calles.

Esta cifra pese a no ser real ni representar para nada la magnitud del fenómeno indica que ha habido más de 350 hombres que de común acuerdo decidieron someter, doblegar, humillar y violar a una mujer porque eso les parecía adecuado, propio y excitante. Y cuenta también que en 87 casos la víctima era menor de edad. Pero sobre todo narra, tras las fases de juicio oral, que en demasiadas ocasiones la Justicia se pregunta si ella gozaba o estaba incómoda porque aún no sabe ver que se trata de una situación maltratante.  

Eso unido a que si te violan entre ocho hombres no se considera penalmente que hayas sido violada ocho veces, sino que has sufrido una violación prolongada con diferentes actores que salían y entraban, hace que cada vez aumente el número de pandillas de varones que vienen a hacernos lo que les da la gana. Porque lamentablemente hermanas, las mujeres traemos bono descuento y sale más barato, con nuestra legislación en la mano, violarnos, que romper un candado para entrar a un comercio o a una casa. 

Sonia Vivas
Regidora de Justícia Social, Feminisme i LGTBI de Cort